viernes, 27 de julio de 2018

Finlandia (1ª parte)

¡Finlandia! Pues sí. He podido estar allí durante tres semanas de mes de julio. He estado en pleno bosque en una casa junto a un lago, Ala-Rieveli, a 150 km al norte de Helsinki y a 20 de Heinola.

Pues ya que estaba en un lugar tan maravilloso, he procurado en mis ratos libres hacer lo que más me gusta: pajarear. En total he podido ver unas 70 especies, y fotografiar bastantes de ellas.

La suerte de estar junto a un lago es que he podido ver y fotografiar especies exclusivas de estas latitudes. La que más me gustó fue el colimbo ártico (Gavia arctica).


Solían aparecer delante del embarcadero de la casa por la tarde. Con el sol a la espalda estoy contento de la fotos. Si la tarde aparecía nublada o aparecían por a mañana ese pelaje dorado aparece bastante oscuro y el contraluz impide hacer buenas instantáneas.





















Más difícil fue conseguir ver y fotografiar el colimbo chico (Gavia stellata). Para verlo me tuve que ir al parque nacional de Repovesi. Allí estaba en los lagos encajados en las montañas. Las fotos qie pongo son de muy poca calidad. Más testimoniales que otra cosa.




La otra estrella del lago era el somormujo cuellirrojo (Podiceps grisegena), ave también propia de estas latitudes.















El somormujo lavanco (Podiceps cristatus) se le puede observar más al sur. Éste lo fotografié en Helsinki.


El andarríos chico (Actitis hypoleucos) rondaba cerca del lago de nuestra casa. 





Otra de las aves interesantes que pude observar fue el cisne cantor (Cygnus cygnus). 

Estos primeros en un parque de Heinola.



Estos volando sobre el lago Ala-Rieveli. 




Estos con sus crías desde una torre de observación próxima a Mantyharju.


El cisne vulgar (Cygnus olor) lo pude ver en la bahia de Helsinki.


Otra ave curiosa que pude observar fue la serreta mediana (Mergus serrator). La vi de manera ocasional y siempre de lejos. 

Como esta hembra con sus crías cruzando el lago al anochecer...


... o volando a toda máquina.


El día que fui a visitar Helsinki, en principio mi idea era ver la ciudad, con sus monumentos, iglesias, parques, etc. Pero me llevé una grata sorpresa al ver un montón de aves inesperadas en la ciudad. Por si acaso ya llevaba yo la máquina preparada.

La primera sorpresa fueron las barnaclas cariblancas (Branta leucopsis), reina y señora de los parques, del puerto y de la bahía de Helsinki.









También pude ver alguna barnacla canadiense (Branta canadensis).


Los ostreros (Haematopus ostralegus), por lo que se ve, además de los moluscos son aficionados a las lombrices y gusanos de los parques. 



La sorpresa de la jornada fue sin duda alguna ver eider (Somateria mollíssima) en la bahía de Helsinki. Todo eran hembras. No me pareció ver ningún macho en eclipse.



Capítulo a parte merecen las gaviotas. Desde el ferry que une Helsinki con Tallin pude hacer unas cuantas fotos.

Este es el gavión (Larus marinus) ¡Menudo gaviotón!



La gaviota sombría (Larus fuscus), también con alas negras, pero con las patas amarillas. y de menor tamaño que el gavión.



La gaviota argéntea (Larus argentatus), grandota, patas rosas y de alas grises.





La gaviota cana (Larus canus), sin esa cara agresiva y más pequeña que las anteriores.






La gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), de menor tamaño que la anterior y con su cara color café.



Pese a las redes, allí estaba en los mercadillos a ver si caía una ganga.



Comparativa de la gaviota cana y la reidora.


En cuanto a las anátidas, me esperaba ver algo más. En los lagos poca cosa, algún azulón (Anas platyrhynchos), los machos en eclipse y poco más.



En las marismas de la bahía de Helsinki pude ver de lejos porrones moñudos y poco más.

La especie nueva para mí fue el porrón osculado (Bucephala clangula). Primero una hembra en Helsinki, y a los pocos días apareció una hembra con sus crías en el embarcadero de la casa en la que vivía.








Tanto en los lagos como en Helsinki no era raro ver charranes (Sterna hirundo)




En el ferry de Helsinki a Tallin tuve dos agradables sorpresas. 

La primera fue encontrarme en los islotes de que cierran la bahía de Helsinki araos aliblancos (Cepphus grylle)


La segunda fue observar bandadas de negrones (Melanitta nigra) volando sobre el mar Báltico.






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